Los Ocho Mitos en la Interpretación de Génesis 19:1-29 (Sodoma)
1 El relato sobre la destrucción de Sodoma en Génesis 19:1-29 demuestra que la homosexualidad es un
grave pecado que Dios condena. Casi todos los biblistas ahora reconocen que el relato en Génesis 19 no
condena la “homosexualidad” (que describe la orientación sexual de ciertas personas e incluye lesbianas), sino
el intento de violar sexualmente a los dos ángeles visitantes (en vez de ofrecerles hospitalidad, como hizo
Abraham en Génesis 18, de acuerdo con las normas fundamentales del Antiguo Oriente; Tom Horner 1978:51;
John Boswell 1980:93; George Edwards 1984:24-46; Martti Nissenen 1998:45-49). Por lo tanto, aun Richard
Hays, que procura establecer una base bíblica contra la homosexualidad, admite: “El relato notorio de Sodoma
y Gomorra—citado con frecuenc ia en relación con la homosexualidad—realmente no es pertinente al tema ”
(citado en Gagnon 2001:71, nota 74). Como en el caso de Romanos, donde tradicionalmente ignoramos el
hecho que el contexto concluye con la trampa retórica de 2:1-16, en el caso de Sodoma, tradicionalmente
empezamos con Génesis 19, ignorando el contexto anterior que trata de la hospitalidad de Abraham (así Gen 18
+19 constituyen una díptica, como dos pinturas gemelas) . De esta manera mal interpretamos Gén 19:1-29
como una condena de la homosexualidad cuando actualmente trata de una falta de hospitalidad y la violencia.
No obstante, Robert Gagnon (2001:71-78) concluye que Dios destruyó la ciudad no solamente por recurrir a la
violencia en vez de ofrecer hospitalidad a los ángeles, sino también por no respetar el principio de
“complementarse” (“gender complementarity”). Gagnon insiste que en Génesis 1-2 Dios creó dos sexos que
siempre se complementan en las relaciones sexuales, un concepto moderno que Gagnon siempre utiliza como
su carta de triunfo (Hanks 2006:597-98). Por supuesto, Gagnon no explica por qué Yahvéh, si su intención era
curar a los homosexuales de su vicio, envió una pareja de ángeles masculinos, sexualmente muy atractivos, para
dormir juntos en la casa de Lot, en vez de una pareja que reflejara la diversidad de los dos sexos que se
complementan. Tampoco explica Gagnon por qué Yahvéh castiga a las mujeres y los niños de Sodoma para el
pecado de los varones, dejando la impresión que Dios abusa de mujeres y niños con la misma ferocidad que los
varones de Sodoma procuraron abusar a los dos ángeles visitantes (Michael Carden 2006:36-38).
2 Además de la narración en Génesis 19, las leyes en Deuteronomio 23:17-18 y cuatro textos en 1-2
Reyes hacen patente que la sodomía es pecado. Las versiones viejas maltradujeron qadesh como
“sodomita”. Sin embargo, la palabra hebrea qadesh significa “santo, consagrado, apartado para Dios” y en la
Biblia Hebrea el sustantivo masculino se usa seis veces para referir al prostituto (¿cultico?):
17 No haya ramera (qedeshah) entre las hijas de Israel, ni haya sodomita (qadesh) de entre los hijos
de Israel. 16 No traerás la paga de una ramera (zonah) ni el precio de un perro (keleb) a la casa de
Jehová [Yahvéh], tu Dios, por ningún voto, porque abominable es para Jehová, tu Dios, tanto lo uno
como lo otro (‡ Deut 23:17-18, RV95).
En su nota sobre Deut 23:19, la BJ afirme correctamente: “’Perro’ designa despectivamente al hieródulo”—sin
importar el concepto moderno de orientación sexual. Con frecuencia los estudios modernos aún cuestionen si
Bible Dictionary, NewYork: Doubleday, 1992, V:505-513, esp 507-509 ‡ Josué, Rahab). El mismo error se
repite en 1 Reyes 14:24; 15:12; 22:46; 2 Reyes 23:7; Job 36:14. Personas que utilizan exclusivamente las
viejas traducciones fácilmente suponen que las Escrituras Hebreas contienen seis condenaciones de
“sodomitas”, aunque el Hebreo original habló solamente de qadeshim (hieródulos, prostitutos “consagrados”),
sin referir a la orientación sexual de ellos.
Las Escrituras Hebreas muchas veces advierten a los jóvenes y varones israelitas de abstenerse de relaciones
sexuales con prostitutas (‡ Proverbios). Sin embargo, nadie se atreve a mal interpretar tales textos como una
condenación divina de la “heterosexualidad” —aunque este es precisamente el error de los que procuran sacar
de las referencias a los prostitutos cúlticos (mal traducido como “sodomitas”) una condena de la
“homosexualidad”. Gracias a Dios, todas las traducciones modernas rectifican este grave error y hacen patente
que los textos hablan específicamente de prostitutos—no de “sodomitas”, “homosexuales” o “heterosexuales”:
“hieródulo”, BJ; prostitución ritual”, NVI; “la prostitución practicada en los cultos paganos”, DHH).